Kenojuak Ashevak.
Conoce el arte inuit con esta gran artista.
“Cuando todo parece acabado, ahí justo, es el principio… “
(Epicuro)
Kenojuak Ashevak, es la artista nacida de lo que parecía ser su final…
Es la pionera del arte inuit y la más notable de sus artistas con una historia de vida absolutamente dura e increíble.
Nació en un iglú, en un campamento en el sur de la isla de Baffin. Su alma de esencia humilde y luminosa, siempre la acompañó en cada una de sus creaciones.
La espiritualidad de su padre, un cazador y comerciante de pieles que ejercía de chamán de su pueblo y tenía una profunda creencia espiritual influyó en la artista más allá de lo imaginable. Su progenitor fue asesinado. La pequeña Kenojuak tenía seis años… Aquí su vida comenzaría un viaje entre la dureza de la realidad y la belleza del arte…
Kenojuak y su familia, se mudaron a vivir con su abuela materna… Ella fue quien le enseñaría a la pequeña artista, la artesanía tradicional, incluida la reparación de pieles de foca para comercializar.

Con 19 años, su madre y padrastro la empujaron a casarse con un cazador inuit local… Al principio, Kenojuak vivió muy reacia a esta relación.
Fruto de la convivencia, llegó a surgir el amor entre ellos y juntos llegaron a desarrollar su parte más artística… Su marido colaboró en algunos proyectos con ella.
Juntos, hacia el final de la década de 1950, comenzaron a experimentar con el tallado en piedra y el dibujo.
A la vida del matrimonio llegaría el drama con nombre propio, tuberculosis… Tuvieron juntos 11 hijos.
Siete hijos murieron.
Una vida muy difícil.
Diagnosticada por la misma enfermedad, fue hospitalizada contra su voluntad.
Permaneció durante más de tres años, desde principios de 1952 hasta el verano de 1955. Acababa de dar a luz cuando fue trasladada a la fuerza. El bebé fue adoptado por una familia vecina.
Tres de sus hijos murieron mientras ella estaba internada en el hospital.
En mitad de todo este dramático paisaje, llegó a ella el arte en forma de salvación. Durante su estadía en el hospital, aprendió a hacer muñecas y otras artesanías que llamaron la atención de James Archibald Houston, promotor artístico. En 1958, su primer grabado, Rabbit Eating Seaweed, se transformó en una obra muy reconocida.
Kenojuak trabajó con grafito, lápices de colores y pintó con acuarelas o acrílicos.
A raíz de un documental sobre arte esquimal del National Film Board, que la fama de esta pintora comenzó a crecer.
Trabajó en talla, dibujó y retrató animales, humanos y espíritus de su entorno.
“El búho encantado” (1960), una de sus primeras y más conocidas obras, representa un búho que mira hacia el espectador. La textura del cuerpo se crea a través de puntos y líneas en blanco y negro. En 1970, “The Enchanted Owl” se reprodujo en un sello de Canada Post. Ashevak fue la primera Inuk en tener su obra de arte en un sello. “The Enchanted Owl” es solo el comienzo de su vasta y diversa producción.


La extensa agenda de viajes la colocó en la posición de embajadora cultural y modelo a seguir para las mujeres.
“Este es mi trabajo y mi amor. No puedo imaginar la vida sin arte”