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GLASTONBURY Y LA MAGIA DE ÁVALON

Por Pepita Viajera  •  0 comentarios  •   7 minutos de lectura

GLASTONBURY Y LA MAGIA DE ÁVALON

GLASTONBURY y LA MAGIA DE ÁVALON.

¿Qué pueden tener en común el Rey Arturo, María Magdalena, la Reina Isabel de Inglaterra, el Santo Grial, San Patricio, José de Arimatea y una quinta dimensión?

Pues muy fácil. Todos ellos convergen en Glastonbury.

Es un destino cargado de misterio, historia y misticismo. Un lugar de leyendas y un portal milenario a una quinta dimensión. 

Lo cierto es que nadie tiene nada muy claro sobre  este lugar. Todo son conjeturas, con algunas pruebas físicas avaladas por expertos, que parecen fortalecer hipótesis de leyenda y mucha, pero que mucha magia. Ponte la mochila y acompáñame.

ABADÍA DE GLASTONBURY
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¿Por dónde empezar?

Nosotras comenzamos por el aeropuerto de Bristol… Desde allí, en un coche  alquilado recorrimos carreteras entre montañosos paisajes mentolados y pequeños pueblecitos de película. Hicimos paradas muy mágicas. Algunas archiconocidas, como Stonehenge (que se merece, obviamente, una entrada al blog para ella solita) o Bath. Otras eran algo más desconocidas, como Avebury, aunque cargadas de la misma energía que las anteriores. 

Nos hospedamos en una coqueta habitación con baño privado de una casa de Glastonbury que nos pareció de lo más bonita. Llegamos al anochecer, y entre sombras, ya pudimos vislumbrar la figura de la torre de Tor presidiendo y vigilando impasible, el condado de Somerset. 

Caminamos por las calles y aunque era invierno y hacía frío, percibíamos el ambiente animado y acogedor del lugar. Las tiendas esotéricas, colgaban ya su cartelito de “closed” en los cristales de sus puertas, adornadas con cortinillas de punto o ganchillo. 

Los restaurantes, te acomodaban con el calor natural del fuego de sus chimeneas.  Te abrían el voraz apetito con los aromas de los más que deliciosos asados y especias. Y entre un vino tinto del lugar y una buena cena, planeamos visitar, al día siguiente, la mágica Abadía de Glastonbury.  

Aquí, queridxs lectores/as, me vais a permitir la licencia de un poquito de historia y leyenda. Allá va: 

De Glastonbury se asegura que es una de las “ciudades luz” del planeta. Estas ciudades (según cuentan los místicos expertos)están en unas octavas de frecuencia vibratoria más elevadas que el resto de lugares. Así, las capas etéricas (que separan las diferentes realidades situadas en dimensiones más elevadas) en este lugar, se suponen que son más finas. Traduciéndolo al lenguaje de “Stranger Things”, aquí, habría un portal. 

¿A dónde se supone que nos conduciría este portal? 

Pues nada más y nada menos, que a la mística isla celta de Ávalon… ¿Te suena? Su nombre significa huerto de manzanas. Este fruto simboliza el poder y la sabiduría femenina, que en este reino sagrado y elevado de la otra realidad, es de vital importancia. La reina de Ávalon, Morgana  (amante del mago Merlín), es una de las hermanas del Rey Arturo. La leyenda cuenta, que el soberano fue herido de muerte en una batalla y la hechicera lo subió en una barca. Se lo llevó a la otra realidad de Ávalon. Allí las leyes físicas de la materia no podían cumplirse, logrando así mantener eternamente con vida al rey.

La puerta entre estos dos mundos, se supone que está en la torre de Tor. Antiguamente se situaba en mitad de un pantano, actualmente desaparecido. 

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TORRE DE TOR Y LA COLINA "EL LABERINTO DE LA DIOSA"

Precisamente (mira tú por dónde qué “casualidad”) este fue el lugar elegido por María Magdalena y José de Arimatea para proteger al Santo Grial.

"Se dice, se cuenta” que existe la hipótesis de que en realidad el Santo Grial se trataba del hijo menor de Jesucristo y María Magdalena, ¡toma ya!.

Aquí fue donde se fundó la primera iglesia de la cristiandad. Cuentan que José de Arimatea (para proteger la iglesia de barro sembró un arbusto (en el año 63) que produce espinas con cruces. Los lugareños afirman que cada navidad la Reina Isabel II, pide una rama de estos arbustos para ponerlos en su mesa. (Ya vais viendo la relación que existe entre todos los personajes que he citado al comienzo del texto ¿verdad?)

Hay diversos arbustos “The Holy Thorn”, que están sembrados a los largo de Glastonbury. Las pruebas han revelado que efectivamente fueron plantados hace más de dos mil años y que provienen de la zona de Palestina. 

San Patricio (que aún no había salido en esta historia) anexó años después, una capilla que todavía hoy, ostenta los murales que él mismo pintó.

Con el paso de los siglos , creció y se convirtió en la abadía más grande de la cristiandad.

Su energía, aún hoy, aunque sean ruinas, abstrae a la gente que es llamada a venir.

 

Pues aquí te quería tener, curioso lector/a… Imagina (después de conocer todo esto) visitar un lugar tan hermoso y poético como es esta abadía en ruinas. ¿Te apetece a ti también, verdad?

Nosotras, paseando entre sus ruinas, podíamos ver visitantes vestidos del medievo. Verdaderos frikis enamorados de la leyenda artúrica que añadían a la escena la impronta de la inmortalidad.  Y por si le faltara poca “chicha" a estos muros caídos, afirman que aquí es donde se hallaron los restos del Rey Arturo y Ginebra.  Más tarde, fueron trasladados posteriormente, a un lugar secreto en el bosque. Muestras de todo esto, pudimos encontrar muchas. Paseando por la abadía, te encuentras los carteles que señalaban el lugar exacto donde fueron descubiertos los restos de este legendario matrimonio. ¿Qué? ¿Cómo te has quedado? Es imposible no acudir a este fantástico paisaje empujado por una acuciante curiosidad ¿no crees?

Ocupamos toda nuestra mañana a pasear y disfrutar de la energía de este lugar tan mágico y con tanta historia… Nos sentamos bajo un preciosísimo árbol, a imaginar qué parte de cierto habría en todas estas historias… Hablamos de la existencia de Ávalon, de la importancia de la energía femenina de este lugar… 

Comimos y la tarde "la paseamos" por las calles y las tiendecitas esotéricas del lugar, que no tienes que perderte, por lo menos, por curiosidad y por el ambientazo extraño, rollito “comi-con” que se mueve en el pueblo, con gente disfrazada y toda la pesca. 

Al día siguiente, nos despertamos muy temprano para ver amanecer. Mientras subíamos la colina que nos dirigía a la torre de Tor, el camino ya tenía ese aura mística de los momentos únicos. La niebla que en un principio lo cubría todo, se iría levantando poco a poco dejando al descubierto un paraje de belleza mitológica. 

Dicen que antes de subir por la colina, llamada El laberinto de la Diosa (en el que hay uno hecho por druidas) hay que pedir permiso al Arcángel San Miguel.

Tor está dedicada a este arcángel y significa "torre" en idioma gaélico.

Además, no se debe subir en línea recta, hay que girar por el montículo siguiendo unas indicaciones muy específicas. Pese al fuerte y helado viento que soplaba cuando subíamos, las seguimos a raja tabla. Hicimos paradas para perdernos en el paisaje que iba descubriendo la niebla y fue un momento de verdad, increíblemente mágico. Recuerdo cuando alcanzamos la torre, el sonido del viento era ensordecedor y su fuerza podía moverte… Fue impresionante cuando atravesamos el arco de la torre y todo eso desapareció por completo, de repente. Había silencio rotundo y un rayo de sol se coló por uno de los arco. Iluminó una pequeña línea en el muro, donde apoyé mi espalda, en busca de un poco de alivio al frío que sentía. Con la luz en la cara, cerré los ojos… 

Algunos expertos afirman que en este lugar,  convergen más de 100 puntos magnéticos y que por aquí atraviesa la más importante Línea Ley  (líneas de energía que atraviesan el planeta uniendo lugares de alta potencia espiritual) que conecta Avalon con el monte San Miguel (en Cornualles) y los grandes círculos de piedras de Stonehenge y Avebury. 

Tanto si eres “un hierbas espiritual” como si pasas totalmente del esotérico tema, no puedes ignorar que este lugar tiene “algo”.

Te hace sentir diferente y aunque seas la persona más escéptica del mundo, no bajarás de allí igual como subiste. 

Cabe destacar que Glastonbury está circundada por dos manantiales que surgen de debajo de la tierra. Uno tiene tanto hierro, que su agua es de color rojo (Chalice Well). El otro tiene un agua tan cristalina que las piedras que contiene son tan blancas (White Spring) que le dan un aspecto sobrenatural. 

Esto nos lleva al siguiente lugar sagrado, el Chalice Well. Es un bonito jardín con fuentes donde se encuentra el también sagrado pozo del cáliz. Podrás diferenciarlo porque está decorado con el símbolo geométrico del Vesica Piscis, dos círculos entrelazados, que simbolizan la dualidad de la existencia. 

El viaje siguió con la visita al castillo de Titangel, donde la leyenda cuenta que nació el Rey Arturo. Pero eso ya os lo contaré en otra ocasión...
Magia, paisajes a lo “Señor de los anillos”, historia, gastronomía y diversión… Todo en un viaje que sin duda volveremos a repetir pronto y juntas. 
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